Gabo vuelve a Barcelona convertido en una enorme biblioteca

Este sábado 28 de mayo a las 10am se inaugura en Barcelona (España) la biblioteca Gabriel García Márquez, que será la tercera biblioteca pública más grande de esa ciudad y se especializará en la literatura latinoamericana.

“Barcelona, por razones misteriosas, es la mejor ciudad para escribir aparte de ser, para mi gusto, la mejor del mundo”, dijo el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez sobre la ciudad en la que vivió ocho años, de 1967 a 1975; a la que llegó después de publicar Cien años de soledad -que luego pidió traducir al catalán-, siendo, aún, un escritor poco conocido; en la que escribió El otoño del patriarca, para cuyo protagonista se inspiró, en parte, en el fallecido dictador español Francisco Franco. En la que vivía y de la que era oriunda su agente literaria, Carme Balcells; en la que coincidió con otros autores del Boom Latinoamericano, como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y José Donoso. A la que volvía cada año, después de abandonarla, para visitar a los amigos -y, seguramente, por pura nostalgia-, hasta que decidió comprar allí un piso en la calle Valencia con Paseo de Gracia, en el Eixample barcelonés, el corazón de la ciudad.

Su muerte en abril de 2017 no fue, por supuesto, un acontecimiento feliz; pero el azar o el destino la hicieron coincidir con otro suceso mucho más prosaico que, sin embargo, tendría consecuencias felices: por esa misma época la Red de Bibliotecas de Barcelona  diseñaba el Plan Funcional de la biblioteca del distrito de Sant Martí, de apenas 350 metros cuadrados. Los cerca de 55 mil habitantes de la zona -en su mayoría, inmigrantes extranjeros y provenientes de otras regiones de España llegados en la década de los sesenta y pertenecientes a la clase obrera- llevaban casi 20 años esperando que la ciudad les construyera una biblioteca nueva. Cada una de las 40 bibliotecas de la ciudad condal, que están distribuidas por todo el territorio, lleva el nombre de un personaje vinculado a Barcelona o a la catalanidad, con algunas excepciones. Fue, entonces, cuando el alcalde del distrito cayó en cuenta de que ninguna de ellas estaba dedicada a Gabriel García Márquez ni a ninguno de los otros autores del Boom, pese a sus vínculos con la ciudad, y le propuso al plenario municipal, que lo aprobó, que la nueva biblioteca de Sant Martí llevara su nombre. 

La biblioteca Gabriel García Márquez se inaugurará el próximo sábado 28 de mayo y contará con la presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Al evento asistirá una comitiva de 18 colombianos encabezada por el escritor y periodista de El Universal de Cartagena -donde Gabo inició su carrera como periodista- y gran conocedor de la obra del Nobel, Gustavo Tatis Guerra, y conformada, entre otros, por el escultor cartagenero Óscar Noriega, que hizo un busto del escritor, y algunas autoridades locales del Caribe colombiano. Desde las 10am hasta las 8pm (hora local) se llevarán a cabo actividades gratuitas y abiertas al público.

El escritor colombiano Gabriel García Márquez durante la entrevista que concedió a la Agencia Efe en la Plaza Cataluña de Barcelona en febrero de 1970. En esa ciudad escribió El otoño del patriarca. Foto: EFE/yv

Es un hermoso edificio de inspiración nórdica, ubicado en el número 219 del Carrer del Treball (Calle del Trabajo), con paredes de vidrio y estructura de madera, que no pasa desapercibido y que, aún antes de inaugurarse, ha despertado la curiosidad de los vecinos y ya promete ser un atractivo turístico, pese a tratarse de una zona residencial y densamente poblada, al final de una de las líneas del metro, y que no suelen visitar los turistas. Tiene casi cuatro mil metros cuadrados -diez veces el tamaño de la biblioteca original del distrito- y cinco plantas diseñadas alrededor de una escalera triangular. Curiosamente fue construida en un lote vecino a una de las comisarías de policía más grandes de la ciudad. 

Será la tercera biblioteca pública más grande de Barcelona: le anteceden la Jaume Fuster y la Ignasi Iglésias, dedicadas a un escritor y a un dramaturgo y poeta catalanes, respectivamente.  Tendrá un fondo de cuarenta mil documentos y capacidad para almacenar diez mil adicionales. Hace diez años esa cantidad podía parecer poca, pero la tendencia actual en las bibliotecas es que sean cada vez menos un lugar lleno de libros y más un lugar para estar; un tercer lugar que no es ni la casa, ni el trabajo o lugar de estudio, además de que los lectores y visitantes hacen mucho más que leer libros de papel en ellas: también leen libros electrónicos, participan en actividades lúdicas y se conectan a internet. Así mismo, se han convertido en una especie de refugio: allí llegan a pasar el día quienes, por razones económicas, no pueden pagar los elevados costos de la energía que suponen el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno. Son un hogar fuera del hogar. Por eso en la biblioteca Gabriel García Márquez habrá muchos pufs, sillones y hamacas.

“Cada biblioteca de la ciudad tiene una especialización: la nuestra será la literatura latinoamericana, aunque no será su tema exclusivo. Ahora corresponde hacer mucha pedagogía sobre la obra de García Márquez, los otros autores del Boom y demás escritores latinoamericanos contemporáneos. Los barceloneses conocen, o les suenan, sus nombres; pero a muchos, quizás incluso al propio Gabo, no los conozcan a fondo”, dice su directora, la historiadora medievalista y bibliotecóloga valenciana Neus Castellano, vinculada hace 18 años a la Red de Bibliotecas de Barcelona y directora, durante 13 años, de la antigua biblioteca del distrito de Sant Martí. Cada uno de los diez distritos de Barcelona tiene una biblioteca central y diez pequeñas, repartidas por los barrios que componen cada uno de los distritos. Son ejemplo de lo público, orgullo de los barceloneses y motivo de admiración para extranjeros y visitantes. Castellano recuerda, a propósito, una exposición del Museo de Historia de Barcelona- MUHBA, sobre los 40 mercados de la ciudad: “si haces el ejercicio de sobreponer los dos mapas: aquel donde se muestran los mercados y el de las bibliotecas públicas, te das cuenta de que coinciden no sólo en número, sino en su presencia en toda la ciudad. Eso quiere decir que en Barcelona alimentamos, de la misma manera, el cuerpo y el espíritu”. 

La Red no se ha conformado con la inauguración y firmó un convenio de cooperación con Casa América Catalunya gracias al cual, por primera vez en esa ciudad, se llevará a cabo del 16 al 19 de junio un festival de literatura latinoamericana denominado Kilómetro América que tendrá como sedes la para entonces recién inaugurada biblioteca Gabriel García Márquez y la sede de su aliado. Kilómetro América reunirá a escritores y escritoras como Martín Caparrós (Argentina), Laura Restrepo y Vanessa Londoño (Colombia), entre muchos otros, además de los catalanes Llucia Ramis, Beatriz García Guirado, Víctor Balcells, Núria Bendicho, y más. 

La directora de la Gabriel García Márquez está dichosa: “me dieron una alegría muy grande al nombrarme directora de esta biblioteca, si me hubiera tocado algún otro autor más serio, sesudo y aburrido, lo hubiera pensado y quizás hubiera dicho que no. Vengo de un pueblo de Valencia cuya cultura es muy rural, de contar cuentos, de la oralidad, de narraciones sobre cosas que no son realidad, pero que se cuentan como si lo fueran; cosas como las que cuenta Gabo en sus escritos que, aunque venían del otro lado del mundo, para mí eran familiares. Cuando empecé a leer su obra recordaba a mi abuela y lo que me contaba de mi bisabuela, como sus conversaciones con fotos de los muertos y otras historias que para nosotros son ciertas, pero que a otros les parecen inverosímiles. He leído a los autores del Boom y son narradores brutales, pero esa oralidad sólo la encuentro en García Márquez”, dice. “Hay autores catalanes como Jaume Cabré que se declaran herederos o seguidores, no del realismo mágico, pero sí de la oralidad garcíamarquiana, que han sido capaces de recrear todos estos mundos casi perdidos o perdidos del todo; estos macondos más de aquí, donde realidad y no realidad conviven de manera natural y nadie cree que quien lo está contando está loco”. 

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